Todos aquellos papás y mamás, abuelas y abuelos, tías y tíos particularmente embobados con sus preciados infantes… Alguno no se preguntó alguna vez “¿qué será cuando sea grande?”
“Tiene manos de pianista”, dice una tía. “Futbolista, porque mirá cómo patea en la panza”, afirma con ilusión un abuelo.
Las respuestas no pueden ser 100% certeras, pero sí es cierto que el tipo de juegos que se ofrecen y que los chicos van eligiendo, tiene mucho que ver con las futuras vocaciones.
Pensando en las máximas figuras de la arquitectura moderna, se nos ocurrió hacer un poco de “ingeniería inversa” y preguntarnos: ¿cómo habrá sido la infancia de los que luego fueron grandes arquitectos y arquitectas? ¿A qué juegos jugarían, y cómo habrán influido estos juegos en su posterior talento y vocación?
En esta ocasión, nos interesa contarles algunas respuestas que encontramos, historias sobre la cercana amistad entre los juegos de construcción y la arquitectura.
En el libro Historia de los juguetes de construcción (2012), el arquitecto Juan Bordes recopila minuciosamente los diversos entrecruzamientos entre este tipo de juguetes y la Arquitectura Moderna. Según su hipótesis, en la evolución de los juguetes de construcción se ven reflejadas, con pocos años de diferencia, las diferentes transformaciones e innovaciones que van surgiendo en la Arquitectura. No solo esto, sino que además la obra de algunos pioneros en la materia estuvo influenciada por haber tenido contacto con este tipo de juguetes durante su infancia.
Es el caso de Frank Lloyd Wright, arquitecto estadounidense reconocido como uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX. En su autobiografía, relata la profunda influencia que tuvo en él jugar con los juguetes constructivos de Froebel durante su infancia.
Hagamos un poco de historia: Friedrich Froebel fue un importantísimo pedagogo alemán, responsable de la creación del Jardín de Infantes y la educación preescolar. Dentro de sus programas educativos, incluyó el uso de unos kits (llamados “dones”) de bloques de madera, junto con manuales para su uso; que él mismo diseñó con fines educativos. Son actualmente considerados como uno de los primeros juguetes didácticos de la historia, ya que si bien había habido algunos antecedentes, el grado de sistematización y gran difusión que tuvo la pedagogía froebeliana hizo que este tipo de juguetes se comenzaran a producir de forma masiva..
Destino o azar, resulta ser que la madre de Lloyd Wright era docente, y al tomar noticia de este sistema pedagógico, comenzó a aplicarlo con su hijo, dejando profundas huellas en su pensamiento. El mismo Wright confiesa en su autobiografía: “Es al dìa de hoy que siento los bloques de madera de arce entre mis dedos”.
Según la apreciación de Juan Bordes, el parecido de algunas construcciones de Wright con las figuras propuestas en los manuales de Froebel arrojan aún más evidencia sobre la influencia de los bloques froebelianos en su obra. Lo mismo sugiere respecto del trascendental Le Corbusier, quien había asistido al Kindergarten de pequeño, por tanto también había recibido una educación froebeliana y probablemente jugado con sus “dones”.
Retomando la historia de Wright, hay aún más información interesante respecto de su vínculo estrecho con los juguetes de construcción: fue su propio hijo, John Wright Lloyd, quien se volcó a la industria del juguete, entre otros con un famoso kit de construcción llamado “Lincoln Logs”. Según él, creó este juguete inspirándose en la estructura de cimentación antisísmica que su padre había utilizado para la construcción del Imperial Hotel, en Tokio. Podemos ver que la pasión de Wright Lloyd padre fue lo suficientemente intensa como para que su hijo la continúe.
En resumen, he aquí tan solo una pequeñita muestra de los interesantísimos nexos de ida y vuelta entre Arquitectura y Juguetes de Construcción. Para aquellos interesados en el tema, la bibliografía de Juan Bordes es de un gran valor.
Desde Ikitoi, nuestra idea es continuar con este camino iniciado muchos años atrás. La vocación, mal que les pese a los familiares más fantaseosos, es algo que se construye y elige de manera personal, imposible predecir o imponer.
Pero así como algunos de los niños que jugaron con los bloques de Froebel se convirtieron en hitos de la arquitectura del siglo XX, nuestra intención ofrecer juguetes que preparen e inspiren a niños y niñas dándoles la oportunidad de ser los grandes innovadores que enfrenten desafíos que impone el siglo XXI!.
Es sabido que la infancia es una etapa de la vida decisiva, en la cual se conforman, modelan y construyen los aspectos más importantes de la personalidad de un sujeto. Entre ellas, está la futura vocación, que mucho tendrá que ver con la actividad lúdica de cada persona en su tierna infancia; ya que es a través del juego como niños y niñas se preparan para el futuro.
Los juguetes de armado y construcción ofrecen un gran empujón al desarrollo de la motricidad fina, la cual permite ir haciendo pequeños movimientos con los dedos, cada vez con mayor precisión. Esto se relaciona a su vez con la coordinación viso-motriz, es decir la capacidad de ejecutar estos movimientos gracias a la coordinación de la vista y las manos.